Mi mejor terapia para cuando estoy sobrepasada de “energías negativas” es ponerme a cocinar. No importa qué, la cosa es canalizar esa energía en algo productivo. Así que cuando estoy “atacada”, te pico cebolla, morrón, zanahorias, te lavo toda la lechuga y la envuelvo prolijamente, hiervo arroz y lo dejo en un tapper, todo eso, en unas horas. Hacer eso muchas veces me salva comidas durante el resto de la semana, y en el momento me rescata de algún enojo.
Ahora si estoy extremadamente malhumorada no hay cosa mejor para sacarme ese mal humor que ponerme a amasar. Ahhhh sí!! Ahí descargo contra el pobre bollo de masa de lo lindo. Y si es en batidora la cosa, te mezclo hasta que se haga espuma, pero termino y sí, ya me siento feliz.
He comprobado, no digo científicamente, pero sí en mi caso, que los días que cocino bajo los influjos de algún estado alterado (¿?) las cosas me salen mejor. Así, si es masa con levadura, leva que es un encanto. Para la Navidad del 2009 recuerdo que tuve la feliz idea de ponerme a hacer panes dulces para regalar a la familia, con un bebé de 6 meses bastante molesto pobre. Y mi idea fue hacer un pan dulce con todas las frutas secas habidas y por haber. Conseguir todo fue complicado así que cuando llegó el día de hacerlos ya estaba de mal humor. Así y todo preparé la mezcla de levadura + harina + agua tibia + azúcar y la dejé que leve: no solo que levó, sino que se salió del bowl y se esparció por toda la mesada. Ahí comprobé que sí, que la levadura se alimenta de mala onda. Siempre, mis pizzas más memorables, mis mejores focaccias, mis pancitos de leche más tiernitos han sido producto de amasados que hago cuando estoy fuera del ying y el yang digamos.
Para el cumple de Lola, programé tantas cosas para hacer (decoración, cartelitos, tortas, etc etc etc) que me fui de rosca. Llegué al día muerta y todavía me faltaba cocinar. Hice unos cupcakes que me salieron buenísimos (modestia aparte), y todavía, hasta hoy no me han salido tan ricos porque seguro no los he hecho bajo presión.
Mirá que lindos! Arriba: vainilla + dulce de leche. Abajo: pera y caramelo. Platos y posaplatos OH! |
Este fin de semana, el viernes para ser más exactos, fue un día de esos en que querés desaparecerte por un pozo cual minero chileno (y que después te rescaten obvio y salga todo lindo). Así que llegué a mi casa y a las seis de la tarde me puse a amasar pizza.
La receta de la pizza pueden buscarla en el blog de M, con copyright del pintor. Mi masa de pizza es a base de la harina que ya viene con levadura incorporada (alabada seas!): ½ kilo de harina + sal parrillera + ¼ pocillo de aceite (si es de oliva mejor) + pizca de azúcar + agua en cantidad suficiente, lo que te pida la harina digamos (la harina te pide, escuchála). Con eso te salen dos pizzas a la piedra de tamaño respetable y me alcanzó para un calzón (horrible nombre pero Italia lo bautizó así que querés que te diga). Así que hice estas combinaciones:
Opción 1
· Base de tomate fresco procesado con orégano + ajo
· Un queso cremoso respetable (y acá, aunque me lluevan críticas déjenme decirles que a mí la pizza con muzzarella medio que no me va: prefiero un buen queso mantecoso)
· Queso gruyere rallado
Opción 2
· Cebolla caramelizada (doradita hasta antes de que se queme digamos): muuucha
· Jamón crudo
· Queso cremoso
· Tomates secos hidratados con aceite y alguna hierba
Y para el mal nombrado lo rellené con esparrágos, los dos quesos, restos de jamón crudo y un poco de cebolla. Lo cerrás como una empanada gigante y por arriba granos de sal. Al horno. Genial.
Por eso te digo: como las masas se alimentan de mala onda tengo miedo de que un día, llegue, me ponga a amasar y la levadura termine rebalsando de tal manera que llegue a otras ciudades. Tené cuidado: quizás un día de estos un monstruo de pan salga de la ciudad de Chascomús.
Ahí están horas de estrés metidas! |
Cebolla |
tomates hidratándose + jamón crudo |
mis hierbas esperando la guillotina |
Igual. Cuando estoy enojada o aburrida, cocino. Ahora me voy a caminar, porque el problema de cocinar es que después como lo que cociné.
ResponderEliminarEn el próximo permitido te voy a copiar la opción 2 de las pizzas. Riquísima se ve!
Besos Clo y buen lunes!
yo cuando estoy enojada me pongo a escuchar musica o me voy a dormir!
ResponderEliminarque rico todo eso..guarda algo que te caemos jaja
besos
ayez
Muy buena terapia Clo!!!
ResponderEliminarQuiero probar esas pizzas, pancitos, focaccia, en ese orden...todoooooooo!!!...jajajaja
Es una terapia que parte del mal humor pero el amor se debe sentir en esas deliciosas preparaciones!!!!!!
Que tengas una hermosa semana!!!!!
Al final un día malo termina siendo super productivo! voy a intentar a ver si tengo los mismos resultados en la cocina...yo cuando tengo un mal día, se me dá por la limpieza de fondo...Beso y Buena semana!
ResponderEliminarQue terapia! Me encanto lo de la masa de pan dulce desparramada... Me la imagine perfecto!
ResponderEliminaryo cuando me enojo, cambio los muebles de lugar!
ResponderEliminarhago cada cambio, que ni hablan!!! jajaaj
las masa espectacular lo tuyo! yo tengo mano helada, la masa de tartas espectacular, pero para levadura un desastre!!! pero este finde, aprendi a hacer focaccia, y la verdad salio re buena!!!
Yo no cocino, así que mucho menos amaso! Y cuando me enojo, el único resultado es que andan todos bien portados y en silencio (lo cual no está nada mal jejeeje)
ResponderEliminarTu familia sabe de esto? porque pueden aprovecharse y hacerte engranar a propósito con tal de comer todo eso ricooo!
Beso y buena semanaaa!!!
Con la cocina, paso. Si estoy de mal humor, lo que menos se me ocurriría sería cocinar y muchísimo menos amasar, me pondría furiosa!
ResponderEliminarAvisá cuando te vuelva pasar, así estamos atentas al bollo por la ruta 2. Besitos!!
Mmmmm que rico todo!!!!! Vos sabés que a mí me pasaba lo mismo. Antes mis masas se alimentaban de mi mala onda. Pero ahora para que las cosas me salgan bien tengo que tener ganas verdaderas de cocinar porque sino me sale todo horrible ajaja besote!!!
ResponderEliminarUyyy entonces tenés que hacer la torta de los 80 golpes de gualeguaychuuuu te aseguro que te ahorra la terapia de un mes entero!!! Te pas ola receta si querés! Es perfecta para el mate! =)
ResponderEliminarPáh! En mi casa agradecerían mucho que me diera por cocinar cuando me enojo... porque me pasa exactamente al revés! Ahora... igual no descarto probar a ver qué pasa! Mi cocina es muy chiquita y me pone de mal humor... no tengo ni lugar para ir apoyando lo que hago...Quiero una grande yaaaaa, para contagiarme de vos ;)
ResponderEliminarBesos♥
Ay Clo que pinta tenia todo esoooooo!!!!!!! Me hiciste morir de hambre! AME ese plato donde tenes los cupcakes! Sofi cumple en una semana y no hice nada de nada! Mala madre... jajjaja.
ResponderEliminarBesotes!
Si me gusta Soda y Cerati Solista. :)
ResponderEliminarajaj si fantismo con caida de baba y babero incluido ajjaajajaj!!
ResponderEliminarCuando leí "He comprobado, no digo científicamente, pero sí en mi caso, que los días que cocino bajo los influjos de algún estado alterado" creí que hablabas de drogas! jajaja!
ResponderEliminarYo cuando me enojo, leo blogs, o mails viejos. Y definitivamente NO cocino!
Quiero decirte cosas muy pero muy feas, hacerte enojar, que te leve la pizza, los pancitos, los muffins y cualquier panificado e irte a visitar YA!
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