martes, 29 de noviembre de 2011

Fiorella

Estaba pensando en que en breve hay que arrancar con el armado del arbolito y toda esta parafernalia navideña, cosa que por otro lado, aunque a muchos les aburre, a mí me encanta debo decir.
Estaba pensando también en que Papá Noel tiene que empezar a ver qué regalitos va a traer para la familia. Y pensando en eso me acordé de mis navidades en la infancia. Me encantaba que llegara el 8 de diciembre y armar el arbolito. Toda la previa de elegir adornitos, ubicarlo en un lugar, decorarlo, todo eso me encantaba. Mi familia no era especialmente de esas familias en las que todos se reunían todos a festejar la Navidad, sí Año Nuevo, pero Navidad como que cada familia la pasaba en su casa. Y aún así, a pesar de ser un festejo “solitario” la pasábamos bien.
Me puse a pensar también en regalos “memorables” que me haya traído Papá Noel.
Uno de los regalos que más recuerdo fue un par de zapatos. En vez de elegir algún juguete esa Navidad había pedido un par de zapatos. Hacía semanas que los había visto en una vidriera. Eran de cuero blanco, con una carita tipo pac-man bordada arriba y tenían unas suelas de goma de colores, un pedacito de cada color: verde, rojo, amarillo, azul, así toda la vuelta del zapato. Creo que lo más me gustó cuando los vi fue precisamente la suela. Cuando vi el paquete en el piso al costado del arbolito de Navidad supe que eran esos zapatos. Y ya de antemano estaba feliz. Desde que abrí la caja y me los puse no me los saqué más hasta el día en que venían los Reyes, que decidí dejarlos junto con el pasto y agua para los camellos.
Al otro día, “los Reyes” en mi casa habían desparramado pasto y agua y revoleado los zapatos al patio. Cuando los fui a buscar los agarré, metí la mano para sacarles el pasto y ahí, mai god: salió una cucaracha, la más grande que haya visto. No sé si conté acá que tengo fobia a esos bichos, fobia mal, de esas que hacen que de noche no salga a los jardines, y que si veo alguna es mejor que esté con alguien porque puedo terminar desmayada. Haciendo terapia actualmente para ver si logro sacarme este pánico absurdo llegué a la conclusión de que el origen de tanto miedo puede tener que ver con esa imagen infantil: un invasor en mis zapatos favoritos.
El otro  regalo que recuerdo como de los mejores fue una muñeca, que quizás alguna recuerde por su nombre: Fiorella Sabor. Fiorella era una muñeca al estilo dibujito de Frutillitas; con un vestidito blanco con frutillitas dibujadas, y un gorro haciendo juego sobre un pelo de lana color fucsia furioso. Traía un heladito de goma colgado del cuello, con un olor riquísimo que te perfumaba la habitación.
Fiorella andaba conmigo para todos lados. No importaba si yo estaba saltando las alcantarillas, o armando casas en el baldío: ella venía conmigo. Siempre con los pelos enredados y el vestido bastante sucio, rara vez tenía la suerte de ser tratada como las demás muñecas: nunca un paseo en cochecito, ni una mamadera mágica pobre.
Pasaron los años y  las muñecas quedaron en el olvido. Siempre la veía a la pobre muñeca metida en una bolsa arriba de un placard. Me mudé, nació mi hijo, volví a mudarme a mi ciudad natal de nuevo, nació otro hijo varón... Un día  mi vieja me llama y me avisa que venía para casa con unas cosas que tenía que tener yo: se apareció con una bolsa llena de ositos de peluche, unas remeras de mi viaje de egresados y en el fondo de la bolsa estaba ella: Fiorella Sabor.
¿Qué querés que haga con esto má?-
Guardála- me dijo –quizás algún día tengas una hija y se la puedas dar para que juegue.
Tengo dos varones pensé, número de hijos más que suficiente a mi entender. No le voy a dar a un varón una muñeca para que juegue y no pienso tener más hijos.
Pero, con todo el cariño que le tenía la verdad que la vi y no la pude regalar. La guardé, otra vez, en lo alto del placard.
Al tiempo, sin haber estado planeado, quedé embarazada, y el día que me enteré que iba a tener una nena, me acordé de la muñeca.
Hace unos meses, cuando Lola empezó a tener un poco más de conciencia de los juguetes, bajé a Fiorella del placard. Todavía, no miento, tenía olor a frutilla en el heladito. La lavé con cuidado, le planché la ropa y se la di. Ver la cara de felicidad de mi hija con esa muñeca fue un momento impagable. Pensar que algo con lo que yo había jugado 20 o 25 años atrás, ahora la hacían divertir a ella es genial. Y mucho más cuando vi que la tradición se repetía: nada de arrumacos suavecitos ni cariño maternal, Lola arrastra de los pelos a la muñeca al igual que lo hacía yo.
De tal palo, tal astilla. Otra vez Fiorella, caíste en las manos equivocadas.

20 comentarios:

  1. Que buena historia! Me encantan las historias de tu infancia!
    Que suerte tenes porque cuando yo le di a mi hija el conejo mio de mi infancia se puso a llorar! Yo me ofendi! La verdad es que daba un poco de miedo... ya estaba fane porque yo dormia con el....

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  2. Qué linda historia! Yo tenía una muy parecida pero con el helado y la ropita con flores marrones y beige, vino de Brasil en una Navidad y también la amé bastante!

    Besos ♥

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  3. Bellísima historia, como todas tus historias. La verdad que a mi la navidad me pone un poco melancólica, pero por supuesto que le pongo muchas pilas para que mis niños disfruten.

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  4. La suerte de Fiorella, la Barbie la desea!

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  5. Hola Clo! Qué placer enorme ver a tu hija jugando con tu Fiorella! (y jajaa me mató el comentario de Marina)
    Te comento que en Zapallos hay algo para vos. Besos!!

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  6. Hermosa historia, Clo! Me encanta leer sobre las vueltas de la vida y cómo todo vuelve. Imagino lo lindo que debe ser para vos volver a ver a Fiorella en acción! ;)
    Yo tenía una!! Pero celeste! Se le prendía la cabeza, puede ser? O eran otras?
    Qué nostalgia linda!! :) Besos a las tres!

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  7. Tus historias siempre son tan tiernas.. que bueno que esas pequeñas cosas puedan perdurar en el tiempo y ser compartidas con los hijos.
    Que bien hizo tu mama en llevartela... :D
    Besitos

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  8. Clo!
    Logras algo poco comun en mi con tus historias... que lea post largos con concentracion! ja
    Divina y dulce tu historia.
    Besos!

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  9. Hay que hermosa Clo!
    me encantan tus historias,las contas siempre con tanto amor.
    Me acuerdo,yo tenia una parecida con el heladito y tambien la tengo guardada en mi casa quizas se la pueda dar a mi hija( si llego a tener un hija).

    Un besote
    Ayez

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  10. Hola, acabo de llegar a tu blog a través de Antigua feria y me quedé muy pegada a tu forma de contar historias. Así que de ahora en más, me tendrás por acá seguidito. Te espero por mi blog!Besotes!

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  11. Hermosos recuerdos. Y sí, claramente el quilombo con las cucarachas te lo generaron los reyes magos. Pobrechita! Yo pedi una boutqiue del pequeño pony y solo me trajeorn un humilde muñequito. Encima violeta. =(

    Besotes!

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  12. Yo la tenía!!!! Lo tendría que cotejar con mi madre pero estoy casi segura.

    No entendí una parte... ¿quién te tiró los zapatos al patio???

    Besos Clo, VENÍ EL JUEVES!! DI QUE SÍ DI QUE SÍ!!

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  13. Morí con este post!! Creeme que tuve los zapatitos que dec´si!! Me los acuerdo patente...los tuve hasta que me entraba el pie y no me los quería sacar y también creeme que tuve la mismo muñeca con ese heladito inolvidable ajajaja que groso!!! BEso! Dani

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  14. Yo me acuerdo que las Fiorellas sabor, venian de tres sabores diferentes: frutilla, vainilla y chocolate. Yo tenía la de vainilla ( no me acuerdo la ocasión en la que me la regalaron), pero si recuerdo que me gustó tanto que para mi cumpleaños pedi la de chocolate....mi amiga tenía la de frutilla así que nos faltaba la de chocolate.. Y fue mi muñeca preferida, era morocha con rulitos y el heladito marrón,con olorcito a chocolate.... antítesis de la blonda barbie.
    Ahhh! comparto la misma fobia por las cucarachas...es terrible...yo todavía no encontré el orígen....
    Beso!!

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  15. me encanta tu historia!!!me recuerda a mi infancia yo tenia una igual me la habian regalado en reyes,y no sabes las ganas de volver a tener una eran hermosas,encima tengo 2 hijas,lastima q no la pude guardar para ellas:(

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  16. Les comparto mi historia, espero la crean porque es verdad. Una amiga me mando este link porque hace poco envie este mail:

    "Quiero compartir para los que no saben que mi hija será llamada Fiorella. El nombre tiene una historia que quiero compartirles y quiero que me ayuden a que tenga un final feliz!.

    Mi papa, cuando yo era chica, tenia una fabrica de muñecas, una de ellas llamada Fiorella Sabor. De ahi el nombre de mi beba ya que es algo bastante especial para mi.

    Hace varios años que empece a buscar las muñecas ya que no me habia quedado con ninguna. Una amiga mia (Silvi) logró encontrar a una de ellas (la de chocolate) y ahora que estoy embarazada quiero conseguir las otras (frutilla, vainilla, ananá). Eran varias!.

    Busque en varios lugares, los mas obvio y los no tanto y no logro encontrarlas. Hay algunas muñecas de la marca Fiorella pero no el modelo que busco, que es la de pelo de lana y heladito de sabores."

    Si saben donde la puedo conseguir sería muy especial para mi. Mi hija nace en Octubre 2013

    Gracias!
    Maria Noel Scandolari

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  17. Hola María Noel:
    Te dejo un mail de contacto, ohobjetos@gmail.com. No sé si te voy a poder ayudar mucho, pero si tenés ganas escribíme.
    Saludos

    Clo

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  18. Yo tengo una tambie, es de anana. En caso me la vendes a la tuya?

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  19. Yo consegui una Fiorella sabor nueva en una feria, la que tiene el pelo naranaja, el vestido y el gorro amarillo y las patas celestes! el heladito es color celeste! recuerdo que una prima tenia la típica rosa, saben si hay alguna rubia?

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OH! te lee