En mi vida como lectora hay dos cuentos que marcaron un viaje de ida. Dos cuento que leí estando en séptimo grado creo, que venían dentro de esos libros con cuentos compilados que se usan en el colegio, con espacio para hacer tareas, análisis de oraciones y demás.
Esos dos cuentos venían juntos, uno primero, el otro después, como parte de un apartado del libro en una sección de “literatura fantástica”.
Primero estaba “Los espías”, cuento escrito por Manuel Mujica Lainez allá por el ’78, un cuento corto que durante varios días después de haberlo leído ocasionó algunas pesadillas con gusanos y extraterrestres y del que años después, me volví a acordar cuando vi la obra de Botero, ese pintor que pinta figuras obesas. Ni bien terminaba este cuento, con un espacio para hacer unas tareas venía “El almohadón de plumas” de Horacio Quiroga.
Si el primero me causó algo de miedo, el segundo mai god!, con el segundo creí morir. Y cuando llegué ese día del colegio lo primero que hice fue revisar que mi almohada no tuviera plumas en su interior (si no lo leyeron y son fanáticas de los edredones suavecitos y las almohadas livianas no lo hagan; quizás terminen revoleándolas por la ventana).
Esos cuentos despertaron en mí fascinación por la literatura de terror, los cuentos fantásticos, todo lo que tuviera algo de misterio.
Con la llegada de las vacaciones de verano, y gracias a la bendita Biblioteca Popular, me convertí en una adicta a los cuentos de Agatha Christie primero , después pasé a leer Edgard Alan Poe (y ahí ya me la pasaba leyendo como loca: El corazón delator, El gato negro, El retrato oval, la caída de la casa Usher, los crímenes de la calle Morgue, el tonel del amontillado, el retrato oval, la verdad sobre el caso del señor Valdemar, y un par más del que no recuerdo los nombres), y agregué también a H.P. Lovecraft, autor que no se si era muy conocido, porque me costó conseguir libros de él acá en mis pagos.
Así pasé buena parte de mi niñez y de mi adolescencia: leyendo, leyendo historias de suspenso y de terror como loca.
Con la llegada de las obligaciones como adulto abandoné un poco el hábito de la lectura, pero descubrí que podía ir al cine a mirar películas de terror sin taparme mucho los ojos. Recuerdo haber visto “Los Otros”, la remake de “El exorcista” y “El exocismo de Emily Rose”, entre otras muchas en pantalla gigante, sufriendo como una condenada, pero firme en mi butaca: lo que se dice una verdadera masoquista, pero fiel a mis ideales.
Ahora estoy en una etapa de mi vida en que ir al cine es una utopía, casi casi imposible (fui ahora para mi aniversario de casada y calculo que hasta alguna fecha de ese estilo nadie se ofrecerá a cuidar a tres pequeños diablos ), pero descubrí que puedo seguir sufriendo y padeciendo a través de la tele, y me volví fanática de toda una saga de series con nombres parecidos y el mismo argumento. Te puedo decir que me miro CSI, CSI Miami, NCSI, Criminal Minds y Unforgettable; todas las noches mientras hago dormir a Lola, y ante la mirada algo sospechosa y desorbitada de marido (que no sabe si es preferible que lo torture con El Gourmet y Utilísima o que termine como alguno de lo personajes de las series jeje) me sumerjo y viajo con algún agente del FBI a descubrir quién mató a quién, a hacer autopsias, a analizar pistas...
Quizás debería haber estudiado medicina, pero mi hermana menor, que está estudiando eso me ha contado cosas que ha visto en las prácticas , que no se si resistiría verlas en vivo y en directo.
Estudié Relaciones del Trabajo, recursos humanos para hacerlo más conocido, y es una forma de desmenuzar gente también: se supone que haciendo entrevistas laborales o leyendo tu cv por ejemplo yo debería descifrar algo de tu persona que me lleve a decidir si sos o no el adecuado para ese puesto de trabajo. Como una especie de cirujano sin bisturí digamos: guarda conmigo eh.
Y eso; te decía que todo este viaje empezó por haber leído a Quiroga y su almohadón de plumas, leélo, animáte, y si tenés almohadas de plumas mejor sacálas de la cama.
En otro orden de cosas no se si viste esto, que era tan lindo. Ah, no lo viste? Qué pena! Se vendió.
Hola ClohhH!!!! El almohadon de plumas era letal! POr Dios tirito de sólo recordarlo y con 25 grados a la sombra!!!
ResponderEliminarAhora se vienen una buena me parece American Horror Story, creo que puede estar genial! Y viste Fringe? También es espelznante!
Beso enorme y buena semana!
c.
Leo tu historia con la lectua y me leo a´mí! Yo también empecécon los cuentos de Quiroga, Mujica Lainez, Poe. Me pasaba veranos entero leyendo y leyendo. Bueno, una vida leyendo, ahora soy profesora de lengua y literatura.
ResponderEliminarBesos Clo, buen lunes
Fer
www.fabulinas.blogspot.com
Hola Clo!!!el almohadón de plumas era terrible, creo que por varias noches no dormí....jajaja
ResponderEliminarde adolescente me encantaban las películas de terror, pero ahora no...prefiero las de llorar, las de amor... para terror ya no estoy, me dan miedo...jajajaja
Besos y buena semana!!!!!!
Me encantan los cuentos de Quiroga...leíste 12 cuentos peregrinos?? altamente recomendable! Beso!
ResponderEliminarA todos los leí, incluído el "difícil" Lovecraft, y el Almohadón de plumas es impresionanteee!!!
ResponderEliminarTerror ya no leo ni miro, pero esas series que nombraste, soy fan de todas -menos la nueva Unforgettable que todavía no me dio tiempo.
Lo de desmenuzar personas... lo harás para que venga Derek y te investigue?
Besos!!
No leí el almohadón de plumas, y ya me lo anoté para buscarlo. Los de Agatha Christie, creo que me los leí y releí todos veinte veces y las series tipo CSI me encantan. En un momento pensé en estudiar Criminalística en la escuela de policía Juan Vucetich, me encanta seguir pistas y tratar de descifrar enigmas, pero no se si me banco un descuajeringado en vivo y en directo. Besos, Cloh!!
ResponderEliminarSe ve que mi inconsciente es tan pero tan cagón (perdón pero es la palabra) que lo borró porque yo lo leí y también los peregrinos y otro de unas cucarachas en los chocolates pero ya los borré. Les hice delete a todos. TAmbién a algunos de Poe. De motus propio no leí ninguno, ni loca. Bah, si arranqué con IT y le tenía tanto miedo que cuando dejaba de leerlo lo metía adentro del placard. Fue el único libro que no terminé de leer en mi vida.
ResponderEliminarBeso, M.
PD: ahora también te tengo miedo a vos, doctora CloH sin bisturí
A mi tb me traumó "el almohadón de plumas" cuando lo leí en el liceo, pero a diferencia de vos, he huído de todo lo que sea de terror toda mi vida. La única vez que veo algo es engañada por mi marido (que sí le gusta) y me dice: terror no es, es suspenso. No me gusta nada que me asuste y además me asusto fácil. Ya no le creo nada... por las dudas, pero algunas pocas veces me convence ;)
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