viernes, 23 de septiembre de 2011

Los duendes

Mi abuela paterna, de la que les hablé cuando les conté lo de la soda,  era una señora que había quedado viuda desde muy joven. De carácter fuerte, y muy coqueta, tan coqueta que se llamaba Luisa Ricarda (si eso no es coquetería la coquetería donde está señores! Je).
Durante mi infancia pasaba muchas horas, de muchos días en su casa, sobre todo en las vacaciones de verano. Vivía en un casa de las típicas chorizo, con espacios grandes, una cocina llena de frasquitos, y ventanales gigantes, con rejas y postigos que daban a la calle.
En verano, cuando me quedaba con ella, siempre pretendía hacerme dormir la siesta. Así que me llevaba a su habitación, que daba la calle, me contaba alguna historia y me decía: dormí, porque sino aparecen los duendes. Y yo me reía, hasta que de repente empezaba a escuchar pequeños golpecitos en el piso de madera, en las puertas…
-         Los duendes abuela!
-          Sí, te dije, mejor dormíte.

Y así me dormía, entre asustada y maravillada porque de verdad los duendes habían pasado por ahí.
También los duendes hacían que aparecieran mágicamente regalos en las plazas donde me llevaba:
-         Fijáte allá que seguro algún duende se olvidó algo
Y ahí iba, y aparecían anillitos, pulseras, hebillas para el pelo. Los duendes eran geniales.
Muchos años después, con mi abuela ya más viejita y viviendo en mi casa, un día me confesó su ardua puesta en escena. Antes de que yo llegara, todas las tardes cargaba los bolsillos de su vestido con piedritas, que tiraba al piso sin que yo me diera cuenta  (eso no me confesó como lo lograba) y cruzaba hasta la plaza y dejaba chucherías escondidas  en rincones.
Yo creo en los duendes. Tuve uno genial cuando era chica. Gracias desde donde estés abuela Luisa!
elf

8 comentarios:

  1. ja ja uno creia todo cuando era chico .... y sobre todo a una abuela,
    beswos y buen fin de semana

    ResponderEliminar
  2. Las abuelas son de las mejoras cosas de la vida, te alegran la infancia y te dejan recuerdos maravillosos para toda la vida. Amo a mi abuela que también se llama Luisa.
    Besos y feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
  3. Me encantan tus historias! Yo tambien tengo (tenia) una abuela llamada Luisa, le deciamos Kachita, y no hay dia en mi vida en el que no la extrañe! Un beso enorme y excelente finde!

    ResponderEliminar
  4. Eso es una abuela de verdad! Tomarse todo ese trabajo para entretener a la nieta. Una genia!

    ResponderEliminar
  5. Que genia tu abuela!!! Y si las abuelas son lo más, siempre se las ingenian con esas cosas. Hay gente que dice que los duendes existen...habrà que ver si no están por Chascomus ajjja besos!!!

    ResponderEliminar
  6. Gracias chicas! Mis abuelas fueron geniales, como casi todas las abuelas supongo.
    Melina: gracias x pasar!
    Fer: buen finde para vos también! Vas de shopping?
    Mechi: tengo que leer el post de Flor tu amiga! Buen finde!
    Bubu: espero tu próximo DIY!
    Dani: acá seguro hay duendes te digo, al menos en mi casa! Beso!!

    ResponderEliminar
  7. Me emocionaste! hace más de veinte años que me falta mi abuela y puedo recordar cada cosa que viví con ella como si fuera ayer. Beso grande!

    ResponderEliminar
  8. Hermosa la historia de tu abuela y hermoso tu blog!
    Cuando era chica mi amiga imaginaria se llamaba Ricarda, pero no sabía que el nombre existía!!!
    Saludos!

    ResponderEliminar

OH! te lee