lunes, 5 de diciembre de 2011

Recomendado

Antes de ir a la cena de reencuentro el viernes estaba un poco nerviosa debo decir. Es raro volverse a ver con gente a la que en algunos casos no veía desde que egresé. Pero, contrariamente a lo que pensaba, la pasé genial. Llegué, y pese a que faltaron muchos, la mitad de los que éramos, enseguida sentí que estaba de nuevo en el colegio. Me reí mucho, disfruté de una cena muy divertida y hasta dio para que después de cenar termináramos en un pub tomando cervezas. Hubo fotos viejas, anécdotas, ponerse al día con la vida de cada uno, y hasta quedó la promesa de repetir el encuentro en breve, y mantenerlo una vez cada tanto.
Me fui feliz. Feliz de haber tirado una pequeña iniciativa y que se hayan prendido unos cuantos (aunque la fecha era complicada y por eso otros tantos no pudieron estar). Feliz de haber ido y haberla pasado tan bien. No voy a postear fotos porque nadie merece ser escrachado tan vilmente, pero ojalá, espero, muy pronto se repita.
Por otro lado, ayer fui con amigos a almorzar a un paraje, un mini pueblito, que se llama Monasterio, que queda cerca de mi ciudad, sobre el kilómetro 145 de la Ruta Nº 2. En sí antes de que el partido se divida, pertenecía a mi ciudad, pero ahora, por cuestiones meramente políticas, parte de lo que era el partido de Chascomús pasó a pertenecer a Lezama, entre ellas, este paraje.
En el paraje, hay una calle principal, de tierra, una estación donde para el tren que te lleva a la costa, una capilla, y un restaurante de campo llamado La Querencia, donde hacen comida casera, pero casera de verdad, y donde es imposible comer si no reservaste antes. Tienen un salón decorado tan eclécticamente que es imposible no detenerse a mirar, y si querés naturaleza te arman una mesa debajo de los árboles en el parque, cosa que después te quedes a dormir la siesta ahí.
En La Querencia te sirven la gaseosa en botella, te traen una panera enorme, un bowl de papas españolas cortadas bien finitas,  salamín, queso y aceitunas apenas te sentás. Al rato, cuando ya sentís que podés pedir la cuenta e irte, caen dos bowls de ensaladas, una de lechuga y tomate, con gusto verdadero a lechuga y tomate, y otra de zanahoria y huevo, otros bowls más de papas fritas y pasa un señor, con atuendo gaucho y una bandeja humeante con cosas recién sacadas de la parrilla. Es el sueño de todo amante del asado: servirse a piacere, las veces que uno quiera, y si le da el estómago, hasta que te echen del lugar.  También hay pastas caseras (yo probé unos ñoquis con estofado de peceto que no tenían nada que envidiarle a los de mi mamá por ejemplo), y a la hora de pedir postre, si te queda algún resto, sale el budín de pan con crema y dulce de leche y un flan que es un verdadero rompedor de dietas.
Después de semejante almuerzo no queda otra que caminar un poco por las dos o tres cuadras que rodean el restaurante. Igual te digo: no alcanzan para bajar la cantidad de calorías que uno ingiere ahí.
Acá, algunas fotos del lugar. Y si andás cerca pegáte una vuelta: tu costado carnívoro te lo va a agradecer.









8 comentarios:

  1. Aaaaaaaaaaaaay Clau, tengo que ir ahí! ME voy a acordar tanto de vos, cuando a fin de mes viaje a mi ciudad! Le voy a decir a Pablo que vayamos a comer esas papas a la española, y esas achura shumeantes, ñammmmm. Ayer justito le idje: nunca voya poder ser vegetariana, porque me gustan demasiado los asados, Jajaj!
    Un beso enorme y buena semana!

    ResponderEliminar
  2. En cada pueblo hay una querencia...
    Que bueno que la hayas pasado bien A mi me paso lo mismo cuando nos juntamos para los veinte años. Se armo la misma dinámica que en el colegio y la pase bomba! Como si nos hubiéramos visto el día anterior.

    ResponderEliminar
  3. Qué lindo lo del reencuentro! Y con el lugar para comer me diste gans de ir, pero estoy lejos! Qué lindos la foto de los carteles viejos!

    Besos ♥

    ResponderEliminar
  4. Me sumo a Ceci...nos vamos!!! Qué combi nos deja??? Siempre que voy para la costa y veo el cartel que dice Monasterio me pregunto Cómo será el pueblo??? qué habrá??
    Ahora ya sé que tengo que parar sí o sí! Beso!!! Dani

    ResponderEliminar
  5. Ahhh! qué lugar!!! sólo con ese frente en la ochava ya te invita, quiero irrr, comer bajo los árboles y traerme de souvenir esa muñequita con cofia!!!
    Besote grande!!!

    ResponderEliminar
  6. Yo no tengo un costado carnívoro: lo soy de pies a cabezaaa! Y con todo ese entorno escénico y gastronómico, lo mínimo que hago es agendarlo!

    La foto de tu gorda tiene mención de honor!

    ResponderEliminar
  7. Coincido con Ale. El afuera hace que a uno le den ganitas de entrar. bello lugar!

    ResponderEliminar
  8. Con todo lo que contás hay que ir a visitarlo.
    Se viene la excursión blogger a La Querencia...jajajaja!!!!!!
    Y esa chiquitita hermosa, es tu niña????
    Besos Cloh!!!

    ResponderEliminar

OH! te lee